¡Queremos vivir en Donostia!

STOP DESAHUCIOS, LAS AA.VV. de HONDAPE de GROS, AMARABAI de AMARA, PARTE ZAHARREAN BIZI y de BENTA BERRI, la plataforma BIZILAGUNEKIN, la coordinadora DONOSTIA DEFENDATUZ y decenas de donostiarras concentrados hoy aquí decimos bien claro y alto que queremos que los 300 inquilinos-as de Azora sigáis viviendo en vuestros barrios con contratos estables y con alquileres asequibles y que no vamos a escatimar esfuerzos hasta conseguirlo.

QUEREMOS VIVIR EN UNA CIUDAD donde nuestros jóvenes no tengan que marcharse, en la que muchas familias, sobre todo monoparentales, no tengan que vivir HACINADAS en habitaciones con derecho a cocina pagando alquileres de 450 euros o compartiendo la misma vivienda porque los alquileres especulativos son los segundos más caros del Estado, donde NADIE tenga que dedicar el 50% o más de sus ingresos al alquiler, cuando en Europa se dedica en torno al 30%.

UNA DONOSTIA donde la vivienda tenga el uso residencial y social que ampara la Ley de Vivienda Vasca y no sea el negocio lucrativo de empresas hoteleras y apartamentos turísticos, que no cesan de crecer.

UNA CIUDAD que no expulse a sus vecinos y al comercio de proximidad para albergar a miles de turistas, que convierten nuestros barrios en inhabitables.

UNA CIUDAD libre de fondos buitres como Blackstone, que aterrizo en 2018 en las viviendas de VPO de BENTA BERRI, o ahora Azora, que lo ha hecho de la mano del pelotazo millonario dado por Inmobiliaria Vascongada, para subir los alquileres y, si no pueden pagarlos los inquilinos, desahuciarles, como ha hecho en 2013 en Madrid con 3000 viviendas de VPO o ahora en Cataluña.

LOS RESPONSABLES, en definitiva, de que en DONOSTIA NO PODAMOS VIVIR LOS CIUDADANOS DE A PIE, son en primer lugar el Gobierno Vasco, que en estos 5 años no ha regulado  los precios del alquiler.

Y por eso aterrizan los FONDOS BUITRES. Ahora tenian la oportunidad con un Proyecto de Ley encima de la mesa para su toma en consideración que la anticipación de las elecciones autonómicas ha truncado.

No ha REGLAMENTADO después de 5 años el CANON a las viviendas VACIAS, mantiene un parque totalmente insuficiente de viviendas de alquiler social, que solo llega al 2% del total de iviendas de alquiler en la CAV, cuando en Europa está en torno del 15%.

Con el trágico resultado del incremento de los DESAHUCIOS por impago de alquileres abusivos o por finalización del contrato.

Y en segundo lugar este Ayuntamiento, con el alcalde a la cabeza, que exige al Gobierno central LA REGULACIÓN DE LOS PRECIOS DEL ALQUILER, pero no lo hace al GOBIERNO VASCO, cuando tiene un proyecto encima de la mesa similar al catalán, para que dicha regulación pueda llevarse a cabo aquí en Euskadi.

Que viene tranquilizando a los 1.200 propietarios de Apartamentos Turísticos, pero no lo ha hecho con las 520 familias de BENTA BERRI ni todavía con las 300 de AZORA, con las que tiene una reunion pendiente solicitada con decenas de firmas.

Todas estas familias corren el riesgo de acabar en la calle por no poder pagar los alquileres abusivos que pueden imponer los Fondos Buitres, a quienes han abierto la puerta de par en par con una política de vivienda nefasta que antepone la vivienda como negocio a su uso social.

¡PORQUE DEFENDEMOS EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA Y ASEQUIBLE!

¡PORQUE QUEREMOS UNA DONOSTIA PARA VIVIR Y NO PARA QUE ESPECULEN CON LA VIVIENDA ANTE LA COMPLICIDAD INSTITUCIONAL!

¡¡QUEREMOS VIVIR EN DONOSTIA SIN FONDOS BUITRES, SIN MASIFICACIÓN TURÍSTICA, DONDE LA VIVIENDA SEA UN DERECHO Y NO UN NEGOCIO, SIN DESAHUCIOS NI DESALOJOS!!

Protestan en Donostia contra la turistificación y los fondos buitre

Convocados por plataformas por el derecho a la vivienda, han denunciado que «plataformas como AIRBNB y fondos de inversión oportunistas echan del barrio a las familias más humildes».

Decenas de personas se han concentrado este sábado a la tarde en el Boulevard y en el barrio de Benta Berri de Donostia-San Sebastián para denunciar «la turistificación» que sufre el centro de la capital guipuzcoana y «los desahucios que están provocando los fondo buitre». Las citas han sido convocadas por diversas plataformas sociales por el derecho a la vivienda como Stop Desahucios Euskadi, Alokairu, Zaharrean Bizi Auzo Elkartea y Bizilagunekin, entre otros.

Los asistentes a la protesta del Boulevard han criticado que «plataformas como AirBnb y fondos de inversión oportunistas que persiguen especular y echar del barrio a las familias más humildes, y que están disparando un mercado de alquiler que supera ya los 1.200 euros de media».

Asimismo, han pedido al Ayuntamiento medidas para «combatir los ruidos que afectan a la salud, la ocupación del espacio público por terrazas o expositores, o regular la movilidad y el reparto de mercancías». «Es necesario enfrentar el problema de la vivienda, rejuvenecer el vecindario, dar un impulso al comercio de proximidad, y conseguir echar del barrio a mafiosos y especuladores», han concluido.

En la concentración en el barrio de Benta Berri, que ha tenido lugar un poco más tarde, han denunciado «la irrupción especulativa y antisocial de los ‘fondos buitre’, y más concretamente de Blackstone-Testa Socimi Inmobiliaria, que compró una promoción de 520 viviendas VPO de promoción privada que están sujetas a control público sólo hasta 2028». A través de una nota, los convocantes han exigido que «se retire la demanda de desahucio de Victoria que, con su modesta pensión, no puede pagar los 800 euros de alquiler que le piden, y que se la reubique en otra vivienda más asequible». «La vivienda es un derecho y no vamos a permitir que unos pocos hagan negocio», han advertido.

https://www.eitb.eus/es/noticias/sociedad/detalle/6967855/protestan-donostia-turistificacion-centro/

“El decrecimiento turístico es el rumbo más sensato que se puede plantear en Donostia”

Bizilagunekin es la cara ‘b’ del turismo en San Sebastián. La plataforma guerrera que encuentra más males que virtudes en un sector económico que gana peso. Hablamos con uno de sus miembros

Bizilagunekin nació antes del verano de 2018 y como reacción al crecimiento turístico producido desde 2016. ¿Quiénes están detrás de este movimiento en Donostia?

Bizilagunekin es la plataforma de donostiarras preocupadas por el modelo de turismo. Entre 2016 y 2017 empezó a notarse y extenderse un debate social importante en la ciudad. Hubo protestas y el debate llegó a todas las casas, cuadrillas y familias. 
A finales de verano de 2017 hubo unas jornadas para pensar sobre el turismo. Podemos situar el origen de Bizilagunekin en esas jornadas. Algunas de las personas que nos conocimos allí decidimos seguir en contacto y meses después, en abril de 2018, nació la plataforma.

Somos gente de distintos barrios, distintas edades, cada cual con su ideología y con diferentes trayectorias en cuanto a participación en movimientos sociales.

¿Cuáles son los principales daños del actual modelo de turismo desde su punto de vista?
El primero, sin duda, el impacto que tiene en el precio de la vivienda. Es la principal causa de un proceso de expulsión de jóvenes que estamos viviendo en la ciudad. Esto es muy nocivo para la vida de los barrios y las relaciones vecinales.

El foco de las instituciones públicas y los poderes económicos está puesto en atraer a turistas e inversores a la ciudad. Se quiere construir una marca ciudad y se está dando un proceso acelerado en esa dirección que está pasando como una apisonadora por encima de las opiniones y los modos de vida locales. No hay debate sobre los temas claves de la ciudad: vivienda, infraestructuras, modelo económico, espacio público…

Vamos hacia un modelo económico en el que el turismo tiene cada vez más peso. ¿Cuándo y dónde hemos decidido eso? El turismo masivo trae grandes beneficios a corto plazo para una minoría, pero grandes desastres sociales, económicos, ecológicos y culturales para la mayoría de habitantes de los territorios que lo reciben.

Han realizado varias denuncias concretas durante 2019. ¿Cuáles han sido?

Hemos denunciado la conversión de varios edificios de la Iglesia en alojamientos turísticos, hemos colaborado con los vecinos de Ulia contra el proyecto de macro-hotel, hemos trabajado con la plataforma Heriz denunciando las molestias de un hostal en el Antiguo, hemos participado en la creación de Donostia Defendatuz para pedir una política urbanística participativa y sostenible, hemos protestado contra el rodaje de Woody Allen como estrategia de promoción turística, hemos pedido la protección de las isla Santa Clara ante el riego que supone el proyecto artístico previsto, hemos dado un toque de atención sobre la relación entre turistificación y la revitalización del euskera, hemos denunciado el proceso brutal de turistificación que afecta a la Parte Vieja y las políticas de excepción que se aplican en este barrio, hemos subrayado la relación entre turismo y emergencia climática y además hemos dado muchas charlas y participado en mesas redondas y tertulias.

Antes de este verano lanzaron ustedes 16 propuestas de cara al control turístico con bastante eco en los medios. ¿Cuál es la situación seis meses después?

Las instituciones, a día de hoy, no tienen ninguna intención de poner rumbo al decrecimiento turístico. Es por eso que no asumen ninguna de las medidas propuestas.

Creemos que el decrecimiento turístico es el rumbo más sensato que se puede plantear hoy en día en Donostia. Todas las autoridades públicas y agentes de la industria turística disfrazan bajo el concepto de “turismo sostenible” su voluntad de que esta actividad continúe creciendo y su peso en la economía y la política de la ciudad sea cada vez mayor.

¿Cómo ven la situación respecto al volumen de los hoteles?

Se han concedido 35 licencias de hotel en 4 años. No podemos valorar el total de plazas de hotel disponibles hoy en día en la ciudad porque no han publicado los datos de este año. Se han detectado muchas irregularidades en estas licencias (como el caso de un hotel de Gros que ha funcionado irregularmente 3 años). También hay casos de graves alteraciones de la convivencia vecinal como el caso del hostal del Paseo de Heriz.

La apuesta por los hoteles es la apuesta por el monocultivo turístico. ¿Esa es la ciudad que queremos?, ¿podemos hablar tranquilamente de ello o nos vamos a ir enterando de lo que nos depara el futuro por los medios y siempre en referencia a hechos consumados?

¿Les preocupan las viviendas turísticas en la misma media?

Las viviendas son para vivir, no para hacer negocio. El derecho a una vivienda digna es un derecho reconocido pero no se le tiene ningún respeto en la práctica. Hace mucho que el acceso a la vivienda es uno de los principales problemas sociales de Donostia. Pero al mismo tiempo la especulación inmobiliaria es uno de los mayores negocios de la ciudad.

En Donostia las viviendas turísticas ya estaban reguladas antes de 2018. La mayoría de los apartamentos turísticos que operaban en la ciudad se encontraban fuera de esa regulación. La nueva ordenanza legalizó cientos de esas viviendas. Nos han intentado colar la nueva ordenanza como una medida de contención. Creemos que hay que parar las licencias, poner un límite e ir cerrando progresivamente las viviendas turísticas.

Se está produciendo una concentración empresarial en el mundo de la hostelería de la Parte Vieja. ¿Les preocupa este punto?

Al glorificar las bondades del turismo se nos habla de que trae riqueza a mucha gente en la ciudad. Quisieran que relacionáramos esa idea con el típico bar familiar que ha ido funcionando de generación en generación, trabajando duro y artesanalmente. La cuestión es que esto es cada vez menos frecuente. Unos pocos grupos empresariales (grandes inversores locales e internacionales) se han hecho con muchos establecimientos de la Parte Vieja. Esos son los principales beneficiados de la turistificación de Donostia y la transformación de un barrio en un parque temático del pintxo. Al mismo tiempo los contratos basura, los pagos en negro y las condiciones de trabajo precarias campan a sus anchas en el sector.

Bizilagunekin forma parte de un movimiento SetNet del sur de Europa. ¿Es comparable la situación de Donostia con la de otras ciudades del sur de Europa o tiene sus particularidades?

La red SET es la red de ciudades del sur de Europa ante la turistificación. Participamos en la red desde su creación en 2018. Hay grupos de algunas de las ciudades donde la turistificación es más flagrante como Venecia, Barcelona, Palma o Lisboa, y otras donde ha saltado la preocupación al verse inmersos en procesos que les llevan hacia esas consecuencias (Sevilla, Oporto o Donostia, por ejemplo). La red es muy válida para intercambiar conocimiento y experiencias. Estamos en constante contacto y organizamos una acción conjunta cada 27 de septiembre, día internacional del turismo.

Cada zona afectada por la turistificación es diferente. Algunas son grandes metrópolis, otras son islas, en algunas los cruceros son el gran caballo de batalla, en otras el turismo de discoteca… Pero hay muchos elementos comunes. El proceso que se está dando en Donostia es una turistificación “de manual”.

¿Se sienten ustedes comprendidos por la ciudadanía de Donostia o se consideran un movimiento minoritario?, ¿les apoyan más en determinadas zonas?

Han tratado de ridiculizar y criminalizar cualquier iniciativa que se ha interpuesto en el camino del crecimiento ilimitado de turismo en la ciudad. Han dicho de nosotros que odiamos a los turistas (turismofobia), han negado la existencia de ningún problema en la ciudad pero visto que ya no cuela han tenido que ir reculando. Ahora todo es sostenible, responsable, equilibrado… Tienen que disfrazar lo que realmente hacen.

Nosotros queremos un debate abierto, transparente y honesto sobre el modelo de turismo y el modelo de ciudad. Creemos que estamos ayudando a fomentarlo y poniendo sobre la mesa temas que preocupan a la mayoría aunque haya quien quisiera que pasaran de puntillas.

Somos cada vez más y estamos tejiendo una red a nivel de ciudad.

¿Han logrado sentarse con autoridades forales o municipales para expresar sus reivindicaciones o no buscan ese encuentro?

Nuestros primer objetivo es crear un debate abierto y acumular fuerzas en favor de otro modelo de ciudad. Creemos que esa es la manera de influir en las políticas públicas.

Hay un grave problema de transparencia y de participación. Nos informan y nos dejan hablar en temas menores y anecdóticos mientras nos tienen a ciegas en las grandes apuestas de la ciudad. La rigen con una estrategia de hechos consumados y después se dedican a gestionar como buenamente pueden las críticas y el debate.

La pasada semana se manifestaron ustedes en Amara…

Han abierto un nuevo hotel en el barrio  en un edificio que era de propiedad pública hasta hace poco. Se ha presentado como un hotel enfocado a la comunidad LGTBIQ+. Un grupo de vecinos del barrio y la asamblea Transbollomarika de Donostia se pusieron en contacto con Bizilagunekin. En la concentración participamos la plataforma Harro, la asociación de vecinos Parte Zaharrean Bizi, la plataforma Heriz y Bizilagunekin.

https://www.donostitik.com/el-decrecimiento-turistico-es-el-rumbo-mas-sensato-que-se-puede-plantear-en-donostia/

¿Qué está pasando en Donostia? ¿Qué podemos hacer [ENCUENTRO ABIERTO]

La coordinadora Donostia Defendatuz ha organizado para este sábado a las 10 horas un encuentro abierto con el título “¿Qué está pasando en Donostia? ¿Qué podemos hacer?” Será en las escuelas de Amara Berri en Urbieta. 

La convocatoria parte de la creencia de que solo mediante la colaboración activación de donostiarras y grupos puede hacerse frente a muchos de los problemas de la ciudad. Estos son algunos de los problemas que identifica la plataforma: “ahogamiento del pequeño comercio, Belartza, Bellas Artes, condiciones laborales precarias, desprecio por la naturaleza, falta de democracia, falta de transparencia, macro-hotel de Ulia, mercantilización de la cultura, olvido de los barrios, pasante de metro, pérdida del patrimonio arquitectónico, pisos turísticos, política-negocio, presupuesto público para promoción privada, privatización del espacio urbano, rotura de la vida de barrio, Santa Clara, turistificación, urbanismo ilegal…”

https://www.donostitik.com/donostia-defendatuz-invita-a-debatir-sobre-la-ciudad-este-sabado/

Emergencia climática y turismo

Nerea Arregi (Hordago – El Salto)

El impacto causado por el número de visitantes en entornos naturales de especial fragilidad es uno de los daños más evidentes y más directos entre los que causa el turismo en el medio ambiente. En el País Vasco, San Juan de Gaztelugatxe, el Flysch de Zumaia o la Isla de Santa Clara pueden correr serio peligro a no ser que se establezcan las medidas de protección necesarias para su conservación.

La lucha contra el cambio climático (emergencia climática ya), debido a su carácter global y urgente está en la agenda de la mayoría de los movimientos sociales actuales, con diferentes enfoques y énfasis. El feminismo, el movimiento de solidaridad con las personas migrantes, la economía social y solidaria o los grupos que se oponen a la construcción de grandes infraestructuras reivindican la defensa del medio ambiente y la necesidad de transitar hacia modelos económicos y sociales más sostenibles. Desde el movimiento crítico con el turismo masivo y la turistización de las ciudades no somos ajenos a ello. Es por eso que este 27 de septiembre, fecha en la que coincide el Día Internacional del Turismo con la convocatoria de movilización global por la emergencia climática, queremos aprovechar para unir ambos temas.

El turismo masivo, la banalización del viajar y la fetichización de los territorios para convertirlos en “destinos” no son dinámicas sostenibles. La actividad turística engloba formas de hacer que son indiscutiblemente nocivas para el entorno natural. Actualmente, se estima que el 8% de las emisiones globales de CO2 se deben a la actividad turística. El 12% de esa parte se debe al tráfico aéreo. Así, el mantenimiento de las o las compras de turistas constituyen también importantes contribuciones al calentamiento global. Además, según el estudio realizado por la Universidad de Sídney en el que se basan estos datos, si se mantienen las tendencias actuales, dichas emisiones podrían llegar a aumentar un 40% de aquí a 2025.

La evidencia cada vez mayor de los impactos negativos que el turismo está generando en el medio ambiente, en las economías que monopoliza y en las sociedades a las que afecta ha llevado al sector y sus lobbies a generalizar el uso del concepto “turismo sostenible”. Ya ha sido introducido en todos los planes de turismo desde las Naciones Unidas a las municipales, pasando por los planes europeos, estatales, autonómicos y provinciales. Sin embargo, detrás de esas sugerentes palabras se esconde la lógica del crecimiento económico ilimitado y el beneficio a corto plazo, que siguen haciendo y deshaciendo a su antojo en gran parte del planeta.

El impacto causado por el número de visitantes en entornos naturales de especial fragilidad es uno de los daños más evidentes y más directos entre los que causa el turismo en el medio ambiente. Las polémicas de estos últimos meses sobre el monte Everest o Machu Picchu son reveladoras. Pero en nuestra propia tierra, San Juan de Gaztelugatxe, el Flysch de Zumaia o la Isla de Santa Clara pueden correr serio peligro a no ser que se establezcan las medidas de protección necesarias para su conservación y se regule para limitar la afluencia de visitantes. Aunque es un debate que suscita preocupación en la sociedad civil, asistimos a la continuada promoción de estos lugares como atractivo turístico y a una falta de voluntad o incapacidad absoluta de poner los intereses colectivos por encima de potenciales negocios privados.

Asimismo, asistimos atónitas al hecho de que, ante la evidencia cada vez mayor de los daños ecológicos y sociales que provocan los cruceros, las distintas instituciones forales y autonómicas vascas traten de atraer este tipo de embarcaciones a nuestros puertos. Los cruceros son el símbolo que diferencia a los casos más graves de turistización de las ciudades del sur de Europa. Venecia, Barcelona, Lisboa o Mallorca son sólo algunos ejemplos de ello.

Estas ciudades flotantes suponen una de las formas de turismo extractivo más evidente que existen: se llevan lo mejor de las ciudades que visitan dejando atrás residuos de toda índole. Y es que, un crucero emite 244 kg de CO2 a la atmósfera por cada pasajero que transporta. Sin embargo, cada vez que llega un crucero más grande que el anterior al puerto de Bilbao las instituciones y los medios de comunicación oficiales lo celebran. En Gipuzkoa, pese a que también hay algún irresponsable público intentando traérnoslos, la madre naturaleza se protegió a sí misma y a todas las pasaitarras con un estrecho y poco hondo fiordo natural que pone límite a la ilimitada ambición.

El punto clave en el que se unen turismo y emergencia climática es, sin lugar a dudas, la “hipermovilidad”. La hipermovilidad es un concepto que ha estado entre las ideas-fuerza que han impulsado el proyecto de la globalización o mundialización y es, sin duda, la punta de lanza de su vector cultural. Trasladarnos de un lugar a otro situado a cientos o miles de kilómetros por placer, es una práctica, no sólo habitual, sino también valorizada, en la sociedad en la que vivimos.

Cada vez lo es más hacerlo todos los años o varias veces al año. El motivo del 77% de los vuelos que se realizan en todo el mundo es hacer turismo. Volar, tomar aviones, se ha convertido en una actividad al alcance de mucha más gente de lo que era antaño. Lejos de considerarlo como la mayor victoria de la clase obrera en el siglo XXI, deberíamos de echarle una mirada con las gafas verdes puestas al tema. Porque hay alternativa; debe de haberla si hay alguna esperanza a la que agarrarse. Pero para eso, antes tenemos que dejar de mirar hacia otro lado.

La toma de conciencia, la autocrítica, la transformación personal, el compromiso, el debate colectivo, la organización, la reivindicación y la interpelación son prácticas y herramientas necesarias en cualquier lucha social que pretenda llegar a buen puerto. Ya sea el feminismo, la revitalización del euskera, la economía social o la solidaridad internacionalista, avanzan cuando consiguen unir una cadena desde el interior de cada persona hasta las actuaciones globales estructurales que plantean.

Así, es preciso tomar conciencia sobre la finitud de los recursos naturales de nuestro planeta y emprender acciones para evitar los daños que nuestro modo de vida actual causa en el hábitat de la humanidad. Reflexionar sobre la parte de responsabilidad que hay en las decisiones que cada una de nosotras tomamos en nuestro día a día y tratar de cambiar y mejorar aquello que esté en nuestras manos.

Renunciar a los privilegios que ostentamos, por tener su origen en la injusticia y dibujar, además, un futuro imposible. Levantar la alfombra y soplar el polvo. Sacar el tema, discutir, convencer, con otras y otros, con personas diferentes e iguales a nosotras. Acordar caminos y articular estrategias comunes en busca de soluciones. También repartir tareas, ayudarse, apoyarse y trabajar en equipo. Alzar la voz, provocar, romper las inercias. Pedir responsabilidades, denunciar complicidades, exigir soluciones a quienes las pueden conseguir.

https://www.elsaltodiario.com/turismo/emergencia-climatica-turismo

The last thing my city needs is Woody Allen selling us to the world

Mikel Agirre (The Guardian)

San Sebastián is already under strain from overtourism. With Allen shooting a film here, the city could become a victim of its success

Summertime in San Sebastián rekindled the annual debate about the strains created by excessive tourism. This year, though, residents of the Basque provincial capital have also had to put up with our city being turned into the latest Woody Allen film set. The movie, Rifkin’s Festival, is about a couple who fall in love while in town for the San Sebastián film festival, drawing on the annual event (this year’s begins on 20 September) as the backdrop to a romantic comedy.

At a time when Allen is being shunned by many people in film, the veteran director has seemingly found a reliable ally in his Spanish partner Mediapro. The company ishandling the co-production and distribution of Rifkin’s Festival, just as it did with Allen’s previous movie endeavours Midnight in Paris and Vicky Cristina Barcelona, among others. Whatever the legitimacy of the #MeToo movement’s calls for an Allen artistic boycott, the impact his film could have on the urban fabric of the city is currently of greater concern to many of us in San Sebastián, a city which has been undergoing a metamorphosis since hosting the European capital of culture in 2016.

Allen’s relationship with the city goes back to 2004 when he premiered Melinda & Melinda at the city’s film festival. Allen was back in 2008 for the screening of Vicky Cristina Barcelona, which then became an inspiration for local and regional powers keen to promote the city and region.

So delighted was the council about Rifkin’s Festival that it threw an official reception at city hall to welcome the director on the eve of shooting. At a press conference beforehand Allen was enthusiastic about gracing the city, saying: “I’d like to convey to the world my view of San Sebastián the way I conveyed my view of Paris or New York to people.”

It is worth paying attention to these words since they epitomise the nature of the transaction here. The film – at least as far as the city fathers are concerned – isn’t just a touch of Hollywood glamour, it is a perfect means to get the city more deeply embedded on the global tourist map. Allen’s film represents a two-hour advertising slot to spur the arrival of further visitors and investors. My fear is that this film will show an image of San Sebastián via a series of cliches that are easily recognisable by a global audience, but which are completely detached from the local reality.

The movie aligns with a branding strategy that seeks to turn San Sebastián into an attractive location for large-scale film and audiovisual projects. The Spanish public deserve more transparency than they are currently getting about the tax burden this implies. At the very least it looks sensible to ask for more information about the role of public funding in such vast productions. Advertisement

My concern is about something else too, though: how the film is being used as a narrative weapon to promote San Sebastián’s enviable landscape, vibrant atmosphere and outstanding gastronomy, all of which will lure other big international events – film, jazz, food etc – which in turn keep fuelling the tourism juggernaut.

Tourism already musters the biggest share of local GDP and the tourist monoculture is prioritised under the guise of creating jobs and wealth; the red carpet rolled out to welcome any business connected to it. Yet, as the philosopher Marina Garcés points out, tourism is an extractive industry, commodifying common resources – neighbourhoods, squares and streets – and turning them into assets for private exploitation, while often dispossessing the people who give these spaces meaning by living in them. Entire neighbourhoods gentrify in order to host either the tourists or wealthier inhabitants.

Far from generating the expected prosperity, tourism may actually intensify what we call socio-spatial injustice. The marketing strategy being implemented in San Sebastián risks creating a vicious cycle of overtourism and downturn. The more it does to boost tourist numbers, the more overtourism threatens the authenticity of the space and thus downgrades the tourist experience. If the influx continues growing at the current pace, San Sebastián will be doomed to join a long list of destinations that are victims of their own success, such as Venice or Barcelona.

Local people are increasingly showing their dissatisfaction at increased rents and the expansion of the vacation rental market over regular housing. Ordinary shops are being replaced by handicrafts and souvenir stores, fancy bars and the like. The old town is the epicentre of tourist activity in San Sebastián, so anyone who lives near it is basically living in a theme park with the all the crowds, pollution and noise that brings.

Protests against mass tourism first erupted during the summer of 2017 and the movement keeps growing. These spontaneous demonstrations by people claiming the right to inhabit the city have helped broaden social awareness of the issue. This has in turn spurred the authorities to take action, with, for example, a tourist tax proposal, implicitly accepting that overtourism is a real problem for the city.

But San Sebastián is far from being an isolated case in risking economic depletion from mass tourism. Along with Venice, Barcelona, Lisbon, Palma de Mallorca and many other southern European cities, San Sebastián is now part of a network fighting for a more sustainable model of tourism and ultimately working for a perhaps surprising common goal: the opposite of growth.

https://www.theguardian.com/commentisfree/2019/sep/04/woody-allen-san-sebastian-film-overtourism