El Ayuntamiento ha decidido mantener abierta la puerta a nuevos hoteles y hostales en Donostia

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Donostia ha aprobado inicialmente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana relativa a los usos hoteleros y llevará su aprobación definitiva al próximo Pleno Municipal. La moratoria sobre la implantación de alojamientos y establecimientos turísticos (hoteles, pensiones, apartamentos turísticos, albergues, viviendas de uso turístico, habitaciones de viviendas de uso turístico, etc.) que ha estado vigente durante un año se prolongará otros dos años. Esta moratoria, contra lo que se ha pretendido vender, está plagada de excepciones y es insuficiente. Se trata de una decisión inutil de cara a revertir los daños causados, teniendo en cuenta el impulso que se ha dado a la turistificación de la ciudad estos últimos años.

Tras la modificación introducida en el Plan General, se pueden abrir nuevos alojamientos y establecimientos turísticos en áreas no calificadas como residenciales en Aiete / Miramon, Altza, Amara Berri, Añorga, Bidebieta, Egia, Igeldo, Intxaurrondo, Loiola, Martutene, Morlans, Riberas de Loiola, Txomin-Enea y Zubieta. Y han dejado resquicios legales para autorizar licencias también en zonas residenciales.

Además, los edificios catalogados como patrimonio arquitectónico podrán convertirse en alojamientos si así lo decide el Ayuntamiento.

Por si fuera poco, el Ayuntamiento autorizará en las condiciones habituales la apertura de campings, agroturismos y casas rurales en suelo no urbanizable.

Desde la plataforma Bizilagunekin vemos urgente e importante poner en marcha la transición hacia el decrecimiento turístico en Donostia. Es imprescindible cambiar el modelo de ciudad, adoptando medidas eficaces que nos lleven a condiciones habitables para las y los donostiarras.

  • Se debe erradicar cualquier posibilidad de apertura de nuevos hoteles y pensiones en la ciudad. Tratar el problema de la turistificación como si fuera limitado a zonas concretas de la ciudad es agravar el problema. Hay que poner en marcha un proceso planificado de reducción de plazas de alojamiento ofertadas en la ciudad.
  • Presentar el uso turístico de los edificios catalogados como medida de conservación del patrimonio arquitectónico es contradictorio, entre otras cosas, ante la constatación de los daños causados al patrimonio con premeditación en los últimos años en la construcción del Hotel Nobu y del Hotel Catalonia.
  • Hay que dar pasos para acabar con las viviendas de uso turístico en la ciudad donde vivimos una emergencia habitacional. Debe establecerse una licencia decreciente y caducable como medida de transición para pasar a ser una ciudad sin pisos turísticos lo antes posible.
  • Hay que acabar con las políticas basadas en medidas sueltas, parciales y estéticas. Los últimos estudios demuestran la masiva preocupación, frustración y desconfianza hacia las instituciones que impera entre las y los donostiarras. Hay que dejar de ocultar la magnitud y extensión del problema y propiciar un amplio diálogo a escala municipal para avanzar hacia un modelo de ciudad habitable.
  • Mientras se retrasan las medidas hacia el decrecimiento turístico, la turistificación sigue generando daños irreversibles en Donostia. Responderemos al poder y a la presión de quienes se están enriqueciendo con esta situación con la organización y unidad de las y los donostiarras.