Ante la situación actual, BiziLagunekin, la plataforma de donostiarras por el decrecimiento turístico, quiere plantear diferentes temas a través de acciones reivindicativas.
EN PRIMER LUGAR, queremos denunciar que en Donostia se ha dado una proliferación desproporcionada de hoteles en los últimos años. En los últimos cinco años se han aprobado y/o ampliado licencias de más de 35 hoteles en la ciudad. Llama especialmente la atención la larga lista de los autorizados en el Centro de la ciudad y la continuidad por esta vía en los barrios más turistificados como la Parte Vieja, Gros. Cabe destacar el papel que están jugando el Obispado de Gipuzkoa y otras congregaciones religiosas. Especulan con sus propiedades y actúan como poderosas fuerzas a favor de la turistificación de la ciudad.
EN SEGUNDO LUGAR, la conmoción social provocada por la emergencia del COVID-19 ha hecho aflorar la necesidad de reflexionar y dar cambios, entre otros, sobre el modelo de ciudad de Donostia. Ahora es el momento de corregir la dirección equivocada.
- Hay que dejar de dar permisos para construir nuevos hoteles, destinar las construcciones de hoteles en obras a otros usos y reducir el número de camas que se ofrecen en la ciudad a medida que cierren algunos de estos negocios, a largo plazo.
- Vivimos una emergencia habitacional. La crisis económica que llega puede dejar a miles de donostiarras en la imposibilidad de pagar alquileres e hipotecas infladas por la especulación. Además, la expulsión de los ciudadanos necesitados de casa de su ciudad es constante. Es el momento de traer el tema a primera línea y tomar medidas valientes para dar la vuelta al problema de una vez por todas.
- Basar la economía de la ciudad en la actividad turística no es razonable. Esta actividad, tan condicionada por la movilidad internacional y los factores externos, es de escaso valor añadido. Hay que evitar el monocultivo turístico reforzando otras actividades económicas.
- Ahora se abre la posibilidad de fortalecer sectores vinculados a las necesidades locales capaces de romper con la dependencia turística y generar empleo de calidad. En este contexto será imprescindible invertir en formación para reubicar a los trabajadores en áreas alternativas. Si no se toma esta vía de decrecimiento turístico, el número de despidos no hará más que crecer.
- Es el momento de abrir el debate. Hay que desterrar la idea de que la única dirección posible en cuanto al modelo turístico es el crecimiento continuo y encauzar un debate social en el que todos podamos participar y decidir sobre esta actividad que tanto influye en la vida de todos los donostiarras.
EN TERCER LUGAR, queremos hacer un llamamiento a los donostiarras: para que los que vivimos en esta ciudad podamos vivir en ella de la mejor manera posible, hay mucho en juego en estos tiempos que vivimos. Lo que vemos como problemas y obstáculos de cada uno, a menudo son consecuencia de problemas colectivos. Por ello, la única vía de respuesta es la colaboración mutua. Hablemos de lo que está ocurriendo en Donostia, busquemos las soluciones que necesitamos los donostiarras y actuemos conjuntamente en contra de la turistificación y a favor del decrecimiento turístico.