Expertos subrayan el valor ambiental de la loma de Antondegi en Donostia y advierten sobre el impacto negativo del proyecto de olas artificiales

En diciembre de 2020 el Ayuntamiento de Donostia anunció un proyecto de construcción de una instalación de olas artificiales para la práctica del surf en Antondegi, una loma de unas 100 ha sin urbanizar1 ubicada en el perímetro verde de la ciudad.

El proyecto causó cierta controversia social en relación a diferentes aspectos, siendo la afección de la instalación en los ecosistemas de Antondegi uno de los más polémicos ya  que, de acuerdo a los grupos conservacionistas locales, el proyecto supondría una degradación significativa de un entorno que tiene un notable valor natural en el ámbito de Donostia.

Desde el Ayuntamiento de Donostia y la empresa interesada en el proyecto se salió al paso de esta cuestión relativizando el impacto negativo que la instalación tendría en el entorno de Antondegi, e incluso afirmando, en algunas ocasiones, que el impacto sería positivo para sus ecosistemas y su fauna.

Con objeto de aclarar esta cuestión a la ciudadanía, se ha elaborado, a petición de los grupos conservacionistas  integrados en Antondegi Berdea,  un informe técnico (adjunto) sobre el impacto que la infraestructura de olas artificiales causaría en Antondegi. En el informe se describe el valor ambiental de Antondegi poniendo el foco en las comunidades de aves y mamíferos que alberga (sin menoscabo de otros grupos faunísticos y de flora que, por falta de recursos, no han podido ser inventariados) y en su importancia dentro la red de corredores ecológicos a nivel local y comarcal. Además, también se analizan las afecciones que el proyecto de olas artificiales ocasionaría sobre el medio natural y que se extenderían, sin género de duda, más allá de la superficie exclusivamente ocupada por las instalaciones.

Resumimos,  a  continuación,  los  valores  naturales  de  Antondegi  y  las  afecciones derivadas de la instalación de la piscina de olas artificiales apuntadas en el informe. Valores naturales de Antondegi:

  • Presenta un complejo paisaje de campiña atlántica, conformado por un mosaico de pastizales, prados de siega, bosquetes, setos y cultivos que, en su conjunto, albergan una rica diversidad de flora y fauna. Durante los últimos 30 años Donostia ha perdido cerca del 40 % de la superficie de campiña y Antondegi, en este contexto, es uno de los últimos reductos de campiña del municipio. Los inventarios de fauna llevados a cabo en la zona durante los últimos  años  revelan  que es, además, una de las zonas de campiña mejor conservadas del municipio.
  • El área de Antondegi es utilizada como zona de descanso, alimentación o nidificación por un gran número de especies de aves. Se han registrado 117 especies de aves, de las que 33 están incluidas en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas y 21 en el Anexo I de la Directiva 79/409/CEE relativa a la conservación de las aves silvestres. Según el atlas de aves nidificantes de San Sebastián, se han detectado 46 especies reproductoras en el ámbito de Antondegi, 4 de ellas incluidas en el Anexo I de la Directiva 79/409/CEE, y 3 catalogadas como en peligro o raras en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Antondegi es, por todo ello, uno de los espacios  de  mayor riqueza ornitológica de Donostia.
  • A pesar de su carácter periurbano y su limitada extensión (100 ha), Antondegi acoge una comunidad de mamíferos relevante a nivel municipal, entre los que destaca la diversidad de carnívoros.
  • Antondegi tiene  un  valor  importante  como  corredor verde, que permite la conectividad ecológica dentro del término municipal de Donostia,  se constituye por sí mismo como un reservorio de biodiversidad a escala local, está localizado sobre el eje del Urumea (otro gran corredor ecológico a nivel de Gipuzkoa) y está integrado en la Infraestructura Verde de Gipuzkoa propuesta por el Departamento de Medio Ambiente de la Diputación.

Afecciones generadas por la instalación de olas artificiales:

  • La instalación de la piscina de olas en Antondegi contribuye objetivamente al deterioro del paisaje de campiña del municipio de Donostia y genera una pérdida neta de biodiversidad, al reemplazar suelo no urbanizado por suelo urbanizado.
  • La ocupación de una superficie de 6,2 hectáreas, la construcción de nuevos accesos (2,8 hectáreas) y la explotación de la instalación, afectarían de forma muy grave a la integridad, funcionalidad y provisión de servicios ecosistémicos de una de las últimas manchas de campiña atlántica que se conserva en Donostia. Impactaría negativamente en la biodiversidad  de la zona, que acoge numerosas especies protegidas, provocando la desaparición irreversible de algunas especies que allí existen en la actualidad.
  • Además de la superficie ocupada por esta infraestructura, no debe obviarse que su afección se extiende a una superficie más amplia. La construcción de la piscina y sus instalaciones iría asociada a la adecuación de las vías de comunicación de acceso, un aumento del tráfico rodado en la zona y un incremento de la afluencia de personas.

Los firmantes de este texto (expertos en los ámbitos de la conservación y de  la biología) quieren poner de manifiesto que, de acuerdo a los argumentos esgrimidos anteriormente, la loma de Antondegi tiene un valor ambiental importante a escala municipal y que la infraestructura de olas artificiales tendría un impacto negativo significativo en el entorno. Adicionalmente, creen oportuno hacer referencia al Pacto Verde Europeo, la Agenda Euskadi 2030 y la Estrategia Guipuzcoana contra el Cambio Climático 2050 donde, entre otras medidas, se apunta al compromiso por parte de las

distintas administraciones a proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y detener la pérdida de biodiversidad, así como a evitar en lo posible el incremento de la superficie urbanizada en detrimento de los suelos no urbanizados y los hábitats naturales.

1 En 2007 se promovió un proyecto para construir 3000 viviendas en Antondegi, pero fue bloqueado por el Plan Territorial Parcial de Donostialdea de 2016 por cuestiones de sostenibilidad.

Firmantes:

  • José Luis Tellería. Catedrático de Zoología. Universidad Complutense.
  • Elisa  Sainz  de  Murieta.  Doctora  en  Geología.  Universidad  del  País  Vasco y Basque Centre for Climate Change.
  • Arturo Elosegi. Catedrático de Ecología. Universidad del País Vasco.
  • Daniel García. Catedrático de Ecología. Universidad de Oviedo.
  • Arantza Aldezabal. Doctora en Biología. Universidad del País Vasco.
  • Joxerra Aihartza. Doctor en Biología. Universidad del País Vasco.
  • Unai Pascual.  Doctor  en  Economía  y  Política  Ecológica.  Basque  Centre for Climate Change.
  • Maite Arroita. Doctora en Biología. Universidad del País Vasco.
  • Alberto de Castro. Doctor en Biología. Investigador.
  • Yoana García. Licenciada en Biología. Investigadora.
  • Juan Herrero. Doctor en Biología. Universidad de Zaragoza.
  • Anna Sanchez. Doctora en Ciencias del Mar. Universitat de Barcelona.
  • Juan Arizaga. Doctor en Biología. Investigador.
  • Pablo Palencia.  Doctor  en  Ciencias  Agrarias  y  Ambientales. Universidad de Torino.
  • Ana  Galarraga.  Licenciada  en  Veterinaria  y  Ciencia  y  Tecnología  de  los alimentos. Comunicadora científica.
  • Mikel Etxaniz. Ingeniero técnico agrícola. Gestor de espacios naturales.
  • Guillermo Roa. Doctor en Química. Divulgador ambiental.
  • Mirene Begiristain. Doctora en Economía. Universidad del País Vasco.
  • Javier Ferreres. Licenciado en Veterinaria. Gestor ambiental.
  • Núria Roura. Doctora en Ciencias Ambientales. Universitat de Girona.
  • Javier Fernández-López. Doctor en Biología. CNRS (Francia).
  • David Amblas. Doctor en Geología. Universitat de Barcelona.
  • Iñaki Sanz-Azkue. Licenciado en Biología. Consultor ambiental.