El próximo fin de semana, la edición de 2023 del Tour de Francia partirá de Bilbao, y la carrera recorrerá Euskal Herria a lo largo de sus tres primeras etapas. El recorrido comenzará en Bilbao y pasará, entre otras localidades, por las ciudades de Vitoria-Gasteiz, Donostia y Baiona. De esta forma, se prevé que el evento tenga un fuerte impacto social y económico a lo largo del territorio. Ante ello, y teniendo en cuenta los procesos de turistificación que actualmente padecemos en Donostia y Euskal Herria, la Plataforma Bizilagunekin quiere compartir las siguientes reflexiones acerca del «Grand Depart» del Tour.
La promoción, organización, logística e infraestructura de la carrera se financiarán con dinero público, en concreto, un gasto de más de 14 millones de euros que saldrá de las arcas públicas. A este gasto público, hay que añadir el impacto que tendrá en la vida cotidiana de la ciudadanía: calles y carreteras cortadas, incidencias en los servicios, reducción del transporte y la movilidad, etc. Por si fuera poco, mientras la inversión pública y los daños recaen en la ciudadanía, el beneficio económico del evento lo recibirá mayormente la industria turística. Las ganancias acabarán en los bolsillos de cuatro que controlan el sector turístico, que tal y como lo conocemos es uno de los sectores económicos que menos redistribuye la riqueza.
La vinculación de Euskal Herria con el ciclismo es evidente, es un deporte que se vive con mucha pasión y que cuenta con una numerosa afición. Sabiéndolo, con tal de promocionar el negocio turístico del Grand Depart del Tour se ha utilizado dicho apego al ciclismo y a sus valores. Estos días nuestro territorio, nuestra cultura y nuestra identidad están en venta para aumentar los beneficios económicos de la industria turística.
En esa mercantilización de la cultura y el patrimonio local, la cuestión del euskera es significativa. A pesar de que la ciudadanía tiene dificultades para vivir en euskera en la mayoría de los ámbitos de la vida, y dicha lengua se queda en un segundo plano tanto en el ámbito socioeconómico como en el público, cuando usarla puede ser beneficiosa para la promoción turística, se realizan ejercicios de folklorización y fetichización a través de estrategias de marketing, como el lema «ongi eTOURri».
En definitiva, la operación Grand Depart Pays Basque poco tiene que ver con los valores del ciclismo, con la identidad vasca, con el apoyo a los agentes del ciclismo de base, con la organización de carreras pueblo a pueblo… y mucho con el aumento de precios de las habitaciones de hotel en Bilbao, las 1.659 viviendas de alquiler turístico en funcionamiento durante todo el año en Donostia, y al fomento del negocio de quienes se están enriqueciendo a través de una actividad turística que crece desmesuradamente de cara a los próximos años. Nos presentan como algo en beneficio de todo el mundo, esta actividad que redistribuye la riqueza muy poco en la sociedad.
Por todo ello, la Plataforma Bizilagunekin de donostiarras por el decrecimiento turístico pide:
En el marco de un proceso de decrecimiento turístico para llevar la actividad turística a dimensiones y condiciones sostenibles, eliminar todo presupuesto público destinado a la promoción turística, y en su lugar, destinarlo a reparar los daños sociales, económicos y ecológicos de la turistificación.
Suspender los grandes eventos de promoción turística disfrazados de eventos deportivos. Tomar decisiones poniendo en el centro las necesidades de los vascos y vascas, destinar los presupuestos públicos a la promoción de iniciativas, actividades, competiciones y eventos deportivos de base, y no en función de los negocios turísticos en manos de unos pocos.
Dejar de utilizar el espacio público en beneficio de los intereses privados, y dar facilidades para su uso en iniciativas que populares colectivas de índole deportivo, cultural y social.
DONOSTIA DEFENDATUZ, coordinadora apartidista formada por organizaciones, entidades, asociaciones vecinales y movimientos sociales unidos por la preocupación y en defensa de Donostia, llama a los y las ciudadanas de Donostia a manifestarse el próximo domingo 21 de mayo ante la multiplicación de actuaciones urbanísticas brutales que amenazan la ciudad actual.
La coordinadora DONOSTIA DEFENDATUZ, integrada por Ondare-SS, Haritzalde, Satorralaia, Belartza 2 Gelditu, Dendartean, Ba Gera, Uliako Auzo Elkartea, Bizilagunekin, Heriz Plataforma, Parkea Bizirik, y Amara Bai, ha extendido su llamamiento al resto de ciudadanos y pequeñas luchas locales en desacuerdo con la mala gestión municipal, ante lo que consideran un ataque continuado a la identidad, al patrimonio arquitectónico, natural y sociocultural y al pequeño comercio de Donostia por parte del Gobierno Municipal.
Denunciamos el desmantelamiento de la ciudad, el diseño de una ciudad para el turista alejada del servicio al ciudadano. En las últimas legislaturas se han acometido y se estan tramitando actuaciones como:
Proyecto de edificación en la ciudad de un segundo edificio del Basque Culinary Center en los parques de Manteo y Zemoria, con cesión de patrimonio de suelo y financiación pública.
Proyecto de centro comercial y parking subterraneo de 4 plantas en el cerro San Bartolomé.
Derribos de la estación de RENFE y del Bellas Artes.
Proyecto de parque de olas artificiales en Antondegi.
Despilfarro de 5 millones en Hondalea en la isla Santa Clara, al servicio del diseño de una ciudad para el turismo.
Afecciones y despilfarro de la pasante del metro.
Destrucción ambiental y proyecto de un macro parque de multinacionales en Belartza 2.
Destrucción y artificialización de suelo natural.
Tala incesante de arbolado en la ciudad.
Desprotección y derribo continuado de inmuebles característicos y singulares.
Nuevas urbanizaciones que priman la vivienda especulativa frente a la protegida en alquiler.
Retraso injustificable del nuevo Plan General que debe reordenar la ciudad.
Parkings subterraneos que generan un incremento de tráfico en la ciudad en detrimento de la movilidad y la salud.
Incesante apertura de hoteles para la turistificación masiva de la ciudad.
Ineficaz regulación de los pisos turísticos que no ha frenado su proliferación, con la consiguiente pérdida de vivienda para uso residencial.
La alarma y descontento social que generan esas actuaciones son el motor para este llamamiento ciudadano unificado.
Para DONOSTIA DEFENDATUZ los citados son sólo algunos ejemplos de lo que considera un problema endémico y no puntual, promovido por el Gobierno Municipal; un resultado indisociable de las políticas municipales que de manera sistemática favorecen a grandes intereses económicos como promotores, grandes superficies y cadenas por medio de las cuales el Ayuntamiento de Donostia consigue financiación de sus arcas, vendiendo de manera peligrosa e irreversible la ciudad actual.
El resultado: Donostia se está construyendo en torno a un modelo de ciudad para el negocio de grandes empresas y turismo masificado, en lugar de una ciudad para vivir, que cuida a todas las personas sin distinción de origen o de condición. Un síntoma ilustrativo de la deriva de la ciudad es la emergencia de vivienda con la expulsión de miles de donostiarras y las consecuencias derivadas de este fenómeno: envejecimiento, debilitamiento de las redes vecinales…
La marcha protesta «DONOSTIA NO ESTÁ EN VENTA» en denuncia del modelo de ciudad que el actual equipo de gobierno promueve, tendrá lugar el domingo 21 de mayo a las 12h desde la plaza Easo.
Señala que la expansión de los pisos turísticos está estrechamente relacionada con la emergencia de vivienda que vive la ciudad.
Propone que se aplique a los pisos turísticos una licencia decreciente y caducable que se prolongue hasta un máximo de 4 años.
Destaca la necesidad de una transición que llegue a limitar, reducir y erradicar los pisos turísticos para solucionar el problema de la vivienda.
La plataforma Bizilagunekin ha comparecido en la Comisión de Comercio, Consumo y Turismo del Parlamento Vasco para explicar la situación que se vive en Donostia en relación con las viviendas de alquiler turístico y presentar propuestas para solucionarla.
Por un lado, la plataforma ha puesto sobre la mesa una batería de medidas a adoptar de manera urgente, a causa de la flagrante necesidad de intervenir en la situación:
Superar la lógica de las zonas, que se ha mostrado ineficaz para frenar un problema que genera daños en toda la ciudad.
Establecer límites a la acumulación de propiedades de los pisos turísticos de cara a reducir el desequilibrio entre los miles de donostiarras necesitados de vivienda y los que se lucran desmesuradamente con el alquiler turístico.
Prohibir la actividad de las empresas de gestión de pisos turísticos que facilitan la explotación sistemática y se basan en la subcontratación para lucrase con viviendas que deberían destinarse a uso residencial.
Crear un servicio público de inspección dotado de los recursos necesarios con capacidad sancionadora ante la actividad de pisos ilegales y la infracción de normativas.
Por otro lado, en la dirección del decrecimiento turístico y como mecanismo para erradicar los pisos turísticos de la ciudad, la plataforma propone dos medidas:
Establecimiento de la medida compensatoria vigente en Iparralde y en varias ciudades francesas consistente en la obligación de ofertar al mercado una vivienda que permita su uso como residencia habitual por cada piso que se pretenda implantar en alquiler turístico.
Aplicación de la licencia decreciente y caducable: licencia que agote al propietario y a la vivienda la autorización de actividad turística definitivamente tras destinarla a la actividad turística durante un periodo máximo de cuatro años y un número determinado de días al año (150-100-50-25).
Moratoria de un año de hoteles y pisos turísticos
En su comparecencia, la plataforma ha hecho varias referencias a la moratoria anunciada por el Ayuntamiento de Donostia. En primer lugar, enmarca la medida en estrategias preelectorales:
“Quienes han estado dando facilidades para que la maquinaria de la turistificación se expanda y se imponga en la ciudad, ahora no tienen credibilidad. Han podido frenar el problema en los últimos 8 años y no han tomado medidas. Ahora, cuando la situación es grave y vienen las elecciones, los responsables de la situación dicen estar preocupados y traer soluciones. Saben que los donostiarras están inquietos y enfadados.”
Además, la plataforma insiste en que la moratoria es muy parcial. Unos 75 pisos turísticos que ya están en tramitación pueden ser admitidos por ley. Además, al menos 5 proyectos hoteleros con licencia aprobada (como el de del Corazón de María o el del Teatro de Bellas Artes) siguen adelante.
Para finalizar, la plataforma Bizilagunekin muestra su desacuerdo por las intenciones apuntadas por el Gobierno municipal de cara a la renovación del Plan General de Ordenación Urbana. En lugar de intervenciones sueltas que solo afectarían a algunas zonas de la ciudad, aboga por una estrategia integral basada en el decrecimiento turístico para toda la ciudad:
“Desde hace tiempo se está intentando presentar la turistificación como un fenómeno limitado a algunas zonas de la ciudad y a ciertas épocas del año. Es una interpretación muy errónea. La turistización no solo se da en las calles por las que pasean los turistas, sino que toda zona afectada negativamente por el crecimiento excesivo de la actividad turística es víctima de la turistificación. A nuestros ojos, el fenómeno afecta a toda Donostia y más allá de los límites de la ciudad.”
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha analizado los cambios de residencia registrados de jóvenes de 18 a 34 años en el estudio Movilidad residencial de la juventud en Gipuzkoa: periodo 2010-2020.
Astigarraga, Errenteria, Hernani y Pasaia han sido los municipios que más jóvenes donostiarras han recibido.
Según los indicadores socioeconómicos analizados, el acceso a la vivienda es la principal razón por la que un municipio atrae la juventud.
Las conclusiones del estudio muestran que hay relación entre la transformación que vive San Sebastián en los últimos años y la expulsión de los jóvenes de la ciudad.
“El acceso a la vivienda a partir de los indicadores socioeconómicos analizados es el principal motivo de acceso de las personas jóvenes. De hecho, se constata un incremento del saldo migratorio en las zonas en las que se ha incrementado el parque de viviendas, las tasas de compraventa de viviendas y la tasa de nuevos alquileres.”
“San Sebastián y su entorno viven un proceso de metropolización; la zona de influencia de la capital es cada vez más amplia.”
“La movilidad residencial de los jóvenes de Donostia se orienta a las comarcas de Bidasoa, Buruntzaldea y, especialmente, a Oarsoaldea. En todos los casos el número de jóvenes que se han desplazado desde San Sebastián a estas comarcas ha sido superior al de quienes se han desplazado desde estas localidades a San Sebastián. En el contacto con Buruntzaldea, por ejemplo, San Sebastián ha perdido a 457 jóvenes: 1.474 se han mudado desde San Sebastián y han sido 1.017 los que lo han hecho en el sentido contrario. En el caso de Oarsoaldea, el saldo es de 408 jóvenes a su favor: las bajas censales han sido 1.901 y las altas 1.493.”
Observando el número de jóvenes que se trasladaron desde Donostia a cada localidad uno a uno, destacan algunos números muy llamativos. Unas veces porque el número absoluto es alto de por sí y otras porque forman una parte proporcional significativa de la población del pueblo en cuestión. Errenteria (892), Pasaia (728), Irún (594), Hernani (421), Astigarraga (325), Lasarte-Oria (309), Andoain (181), Oiartzun (134), Urnieta (125), Usurbil (113). En el caso de Astigarraga, más de la mitad de su saldo migratorio se debe a jóvenes procedentes directamente de Donostia. En todos estos casos el número de jóvenes desplazados desde Donostia a estas localidades es mayor que los desplazados en dirección contraria.
Las dinámicas internas también pueden considerarse relacionadas con la evolución de la ciudad (encarecimiento de la vivienda y turistificación). De hecho, los barrios más cercanos al centro urbano han perdido a sus vecinos jóvenes: Ibaeta (203 jóvenes), Gros (181 jóvenes), Egia (133 jóvenes), Centro (89 jóvenes), Ategorrieta-Ulia (84 jóvenes) y Antiguo (81 jóvenes). Y los barrios más alejados del centro de la ciudad, que en los últimos años han experimentado el crecimiento del parque residencial, han recibido nuevos vecinos jóvenes: Riberas de Loiola (221 jóvenes), Txominenea (156 jóvenes), Aiete (133 jóvenes, que incluye el área de Morlans) y Martutene (61 jóvenes).
Ante la innegable gravedad de la situación desde la Plataforma Bizilagunekin insistimos en la necesidad de un cambio urgente de modelo de ciudad en Donostia. La turistificación y el modelo de ciudad basado en el fomento de los negocios de unos pocos han llevado a negar a cada vez más donostiarras vivir en Donostia. Vivimos un fenómeno significativo de la expulsión juvenil que aumenta de forma alarmante el proceso de pérdida de habitabilidad y vida de la ciudad.
La necesidad de tomar un rumbo estratégico hacia el decrecimiento turístico es evidente en estos momentos. Es hora de tomar medidas valientes y firmes para poner fin al crecimiento turístico y a la emergencia habitacional. Hay que dar pasos hacia un modelo de ciudad que ponga en el centro las vidas y las condiciones de vida de las y los donostiarras, construyendo el futuro de Donostia por el camino del equilibrio social, ecológico y económico.
(Hondalea: abismo en el mar. Hondamena: destrucción)
La industria turística quiere más dinero. No le importa a cambio de deteriorar qué. El alcalde de Donostia/San Sebastián ha anunciado que pretende ampliar las visitas guiadas para la promoción de la escultura Hondalea en la isla Santa Klara. Quieren llevar a la isla del 1 al 16 de abril cuantos turistas sean necesarios y, consolidado el periodo estival, también ansían ampliar la oferta, durante el resto del año, a demanda. Ante esta situación, los cuatro colectivos firmantes denunciamos el incumplimiento por parte del Ayuntamiento de los acuerdos sobre la limitación de las visitas en la isla, y alertamos una vez más, de las consecuencias negativas que el uso turístico de la isla, promovido por la instalación de “Hondalea”, tiene sobre el entorno ecológico y social de Santa Klara.
A raíz de la intervención en el faro de la isla y la instalación de Hondalea, durante 2019 y 2020, los cuatro colectivos firmantes se reunieron varias veces, con miembros del gobierno municipal y de la empresa promotora de la obra escultórica. El objetivo de tales encuentros fue el de establecer límites y condiciones al desarrollo de la actividad turística en la isla, a fin de acotar su indudable impacto sobre el ecosistema, biota y patrimonio histórico, así como en el uso que las y los donostiarras popularmente le han dado. Concretamente, durante dichas reuniones se pusieron sobre la mesa limitaciones de horarios, temporalidad, límite de aforo, así como el límite a la ampliación de servicios e infraestructuras vinculadas a las visitas en la isla.
Ante el anuncio de ampliación del calendario de visitas, hoy vemos cómo lo acordado hace dos años se rompe de forma unilateral, en pro de una mayor afluencia de visitantes en la isla, cediendo así más espacio a la dinámica turistificadora que, día tras día, amenaza con destruir los espacios naturales de la ciudad.
La isla es la casa de las aves marinas y abril coincide plenamente con la nidificación en el suelo de sus moradoras. Una semana para construir el nido, 1 mes para incubar y mes y medio para atender a las crías. Todo ello, en un pedazo de tierra de 5,4 hectáreas. Santa Klara consta también de especies protegidas como el brezo de mar (Frankenia Leavis), la lagartija parda de la isla (Podarcis liolepis), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), la gaviota sombría (Larus fuscus) y el gavión atlántico (Larus marinus). Además, una gran colonia de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) vive y se reproduce en el enclave.
La obra de Cristina Iglesias “Hondalea”, ubicada en el faro de la isla se convierte, según sus promotores, “en un símbolo de la defensa de causas ecológicas y de la conservación medio ambiental”. Nada más lejos de la realidad, dicha “intervención artística” se suma hoy a la lista de amenazas que históricamente han pesado sobre el ecosistema de la isla. Asimismo, la instalación, que ya es discriminatoria y contraviene la ley de accesibilidad para personas de movilidad reducida, requerirá además de nuevas infraestructuras de salvamento para atender las emergencias sanitarias en caso de abrirse fuera de la temporada oficial.
Más allá de los efectos negativos sobre el ecosistema propio de la isla, Hondalea es en sí misma una operación turística a gran escala que contribuye a engrasar la maquinaria turistificadora en Donostia para satisfacer los intereses privados que mueve el mercado turístico. Un engranaje más, un nuevo atractivo turístico como la escultura del faro, en una ciudad en la que los procesos de turistificación precarizan día tras día y de forma cada vez más evidente la vida de sus vecinos y vecinas.
A pesar de que Hondalea en un principio había sido anunciado como un “regalo” de Cristina Iglesias al pueblo donostiarra, partió de un presupuesto inicial de 1,5 millones que ascendió paulatinamente hasta los 5 millones de euros públicos costeados con los impuestos de los contribuyentes donostiarras, motivando que fiscalía abriera una investigación. Asimismo, sus promotores aseguraron que la afección al medio natural sería prácticamente inexistente y que, además, se utilizaría para promover los valores naturales de la isla. Estos son precisamente, los aspectos de primer orden que hoy siguen amenazados.
Por todo ello, SOLICITAMOS AL GOBIERNO MUNICIPAL:
Que se proceda al cumplimiento de los acuerdos con las asociaciones firmantes sobre temporalidad, aforos, horarios, límites a dotaciones y a ampliaciones de nuevos servicios e infraestructuras en la isla.
Que de ninguna manera se procedan a realizar visitas a la isla en plena primavera, cuando las aves marinas nidifican en el suelo.
Que se proteja y restaure la Naturaleza en la isla.
En Donostia / San Sebastián, a 16 de marzo de 2023
Bizilagunekin Plataforma / Haritzalde / Eguzki / Parkea Bizirik
Visualiza estos videos sobre la realidad de la isla:
El 22 y 23 de febrero, a través de la revista ARGIA[1], tuvimos conocimiento del viaje financiado con presupuesto público por el Departamento de Turismo del Gobierno Vasco a seis periodistas italianos. Por lo visto el objetivo fue «estrechar lazos con la comunidad internacional” y “familiarizar la relación con Euskadi». Los gastos de las lujosas vacaciones que transcurrieron por distintos puntos del País Vasco incluían vuelos, hoteles, comidas en restaurantes de lujo, bodegas, golf… Asimismo, según lo publicado, en 2022 el Gobierno Vasco destinó 145.000 euros a la organización de 26 viajes de prensa. Ante esta situación, la Plataforma Bizilagunekin quiere destacar tres ideas principales:
Las consecuencias directas del actual modelo turístico en las vidas de las ciudadanas son cada vez más graves. La precariedad laboral, la destrucción del territorio, la desaparición de las redes comunitarias de los barrios y la emergencia habitacional que vivimos son consecuencias, entre otros, de los procesos de turistificación en pueblos y ciudades de la CAV. En este contexto, vemos que la gestión del Gobierno Vasco está orientada a atraer más visitantes e incrementar la masificación turística, en vez de ocuparse de los daños creados por el mencionado proceso. Frente a ello, consideramos inadmisible que el presupuesto público se destine a prácticas como las de los “press-trip” y la promoción turística, en general. Creemos que la promoción turística debe desaparecer de los presupuestos públicos.
La práctica de los viajes de prensa pone de manifiesto que la gestión pública del turismo no tiene en cuenta las necesidades y opiniones de la población, sino que solo actúa en beneficio de inversores y patronales del sector turístico. Al mismo tiempo, las instituciones públicas actúan con total falta de transparencia y los responsables institucionales rechazan el debate en temas relacionados con el turismo. En la actualidad, es imprescindible dejar de dar la espalda a las ciudadanas y abrir un debate sobre el modelo turístico.
La acción pública debe crear y promover modelos económicos que pongan en el centro las vidas de los ciudadanos. Por eso, frente a este modelo turístico que precariza nuestras vidas, desde Bizilagunekin creemos que el decrecimiento turístico es la dirección a tomar. Antes de que sea demasiado tarde, antes de que se produzcan más daños irreversibles, necesitamos poner fin a la deriva turistificadora en la que estamos inmersas.
Desde que las plataformas de alquiler turístico se extendieron en todo el mundo (y en Donostia), han sido objeto de debate. Dada su gran influencia en la turistificación de la ciudad y en el mercado de la vivienda, los movimientos sociales organizados a favor de la habitabilidad de ciudades y territorios, los lobbies sectoriales con intereses económicos privados y las administraciones públicas han marcado sus posiciones. Estos últimos años hemos conocido en Donostia intentos de regulación, la suspensión de la normativa por parte de los tribunales, los choques de intereses entre propietarios de pisos turísticos y de hoteles… La Plataforma de donostiarras por el decrecimiento turístico BiziLagunEkin aprovecha el análisis pormenorizado de las características de este fenómeno en Donostia realizado por Haritik Hirira para exponer su visión de este ámbito y lanzar algunas propuestas para abordarlo.
VIVIENDA Y ALQUILER TURÍSTICO
El derecho a la vivienda fue reconocido como parte del derecho a un nivel de vida adecuado en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en el artículo 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966. Partiendo de ahí, la legislación vigente también reconoce este derecho. Como todo derecho fundamental, debería estar garantizado para toda la ciudadanía. Hoy en día en Donostia no se garantiza el derecho a la vivienda; incluso vivimos una situación de emergencia habitacional que afecta a gran parte de la población.
Sufrimos una vulneración masiva de derechos. Los que se enriquecen a través de la especulación inmobiliaria vulneran el derecho de miles de personas y, por tanto, el de la especulación no es un negocio lícito. No se debería regular, sino dar los pasos necesarios para que desaparezca. En este sentido, la vivienda no debería entenderse dentro de la dinámica de la propiedad privada, sino desde la perspectiva de la satisfacción de las necesidades básicas de las personas. Por eso, cuando las políticas de vivienda y las normativas ofrecen y protegen oportunidades para la especulación priman el negocio de unos pocos, aumentando y agravando el problema para la mayoría.
Siendo la emergencia habitacional uno de los principales problemas sociales de Donostia, es un deber prioritario responder con firmeza y determinación. No se puede demorar más la solución a este problema estructural. En este sentido, urge limitar el precio de los alquileres. Aunque en estos momentos está en discusión, los sectores más poderosos hacen fuerza para frenar lo que hace tiempo que debería estar aplicado.
La turistificación de la ciudad y el aumento de la emergencia habitacional son fenómenos interrelacionados. El número de turistas que recibe Donostia, el número de plazas hoteleras que se ofertan y el número de pisos turísticos, por ejemplo, han experimentado un importante crecimiento en los últimos cinco o seis años. En estos años los precios de compraventa y alquiler de viviendas también han experimentado un incremento más allá de lo habitual. Al igual que otros problemas actuales de la ciudad, la emergencia habitacional requiere un giro estratégico hacia el decrecimiento turístico.
En cuanto a los pisos de alquiler turístico, la actitud de las instituciones públicas en los últimos años ha sido radicalmente errónea y las decisiones adoptadas muy contraproducentes. A nivel de discurso, cuando en 2017 se abrió el debate público sobre el aumento de los pisos turísticos, se intentó negar el problema. Los meses siguientes se dedicaron a negar el impacto del problema, tratando de ocultar su vinculación con el precio de las viviendas habituales. Después hicieron un intento de negar la extensión del problema, como si se limitara a unos pocos barrios y zonas concretas. Y lo que niegan hoy es la posibilidad y capacidad de los poderes públicos para intervenir en el problema. Se han ido adaptando dando pasos atrás en el discurso a medida que iban perdiendo credibilidad ante la sociedad, para negarse a obstaculizar la actividad ilícita de los apartamentos turísticos. Hoy, dado que se acerca el próximo ciclo electoral, los que durante años han trabajado por mantener contentos a los especuladores y acelerar la turistificación empiezan a escenificar un discurso responsable.
MEDIDAS URGENTES
Existen medidas de aplicación urgente y necesaria. Se trata de medidas para derogar las condiciones que hasta ahora han permitido utilizar las viviendas como negocio.
Hay que superar la lógica de zonas. En la actualidad las condiciones de implantación de los pisos turísticos en Donostia varían según un mapa zonal dibujado arbitrariamente (o sin justificar con criterios objetivos) por el gobierno municipal. No tiene sentido actuar así porque, aunque la actividad turística es mayor y más visible en algunas zonas, la turistificación afecta a toda la ciudad. Los efectos de la emergencia habitacional, el impacto del alquiler turístico y el aumento de los precios se dan en todos los barrios en una medida preocupante. De hecho, la onda ya se ha extendido a las localidades colindantes, más allá de los límites de la ciudad.
Deben establecerse límites a la acumulación de propiedades. En la ciudad donde hay una emergencia habitacional, está abierto el camino al enriquecimiento exponencial a través de la especulación y el alquiler turístico. El acceso a la vivienda está quedando sólo en manos de quien especula o de quien explota económicamente las viviendas. Así, la distancia entre los que más tienen y los que más necesitan es cada vez mayor. Se debe prohibir inmediatamente que un solo propietario tenga más de un piso destinado a la actividad turística.
Se debe prohibir la actividad de las empresas de gestión de pisos turísticos. Las que se presentaron como plataformas de intercambio entre propietarios comunes, se han convertido en plataformas de inversión y explotación sistematizada de viviendas gracias a estas empresas que actúan como intermediarias. Las empresas encargadas de la gestión de decenas de pisos turísticos buscan aumentar la eficiencia y rentabilidad de los servicios mientras convierten al propietario en un mero inversor. Para ello se basan en la subcontratación.
Hay que garantizar un servicio público de inspección que se haga responsable del cumplimiento de las normativas y dotado de los medios adecuados. En el Ayuntamiento de Donostia se creó un servicio que tenía, entre otras, la función de detectar pisos turísticos ilegales; pero no se dotó de los recursos necesarios y se desmanteló como si su cometido hubiera terminado. Este tipo de servicio de inspección es la única garantía para frenar a quienes son maestros en aprovechar la alegalidad y la falta de control de la ley para el negocio. Este servicio debería tener competencias sancionadoras y hacer uso de ellas.
PROPUESTAS PARA EL DECRECIMIENTO
De cara a neutralizar el impacto de los alojamientos turísticos en la emergencia de la vivienda, creemos que hay que limitar, reducir y erradicar los pisos de alquiler turístico de la ciudad a corto plazo. Para ello se deben implementar también medidas concretas que se enmarquen en la dirección estratégica hacia el decrecimiento turístico:
La medida compensatoria que está a punto de aplicarse en Iparralde es ejemplar. Ya se aplica en varios territorios y ciudades de Francia (como París y las ciudades de su entorno, Burdeos, Lyon o Niza). El propietario que quiera poner en alquiler turístico una vivienda debe ofrecer como compensación otra vivienda que hasta entonces no se ofertara en el mercado de alquiler para todo el año, como alquiler de residencia habitual. De esta forma, el número de viviendas que se ofertan en alquiler para su uso residencial no se ve reducido a medida que se implanten viviendas turísticas. Es un modelo razonable, legal y eficaz.
Proponemos la implantación de una licencia decreciente y caducable. Sería la principal herramienta para hacer la transición a un escenario sin alquiler turístico. A las viviendas para uso turístico que cuenten con licencia legal cumpliendo todos los requisitos actualmente vigentes, se les permitiría prorrogar la licencia hasta un máximo de 4 años. La licencia autorizaría un número determinado de días al año para poder alquilar cada una de estas viviendas. 150 días el primer año, 100 días el segundo, 50 días el tercero y 25 días el cuarto. Transcurrido este plazo y agotada la licencia, este propietario perdería la posibilidad de destinar legalmente otros pisos a alquiler turístico en Donostia. Asimismo, en caso de que este mismo piso cambiara de manos, el nuevo propietario tampoco podría destinarlo al alquiler turístico. Es una propuesta concreta, factible, legal y eficaz; que parte de la realidad actual, dando solución a un problema estructural a medio plazo.
La emergencia habitacional condiciona el proyecto de vida de las y los donostiarras, entre otras cosas, expulsando a cientos de vecinos y vecinas de la ciudad. La solución a este problema debe ser un objetivo prioritario y para ello hay que cortar el paso a los pocos que se enriquecen con el perjuicio a la mayoría. Ha llegado la hora de abordar con medidas contundentes el efecto de la turistificación de la ciudad en el mercado de la vivienda y la plataforma BiziLagunEkin pone sobre la mesa estas propuestas concretas dirigidas a mejorar las condiciones de vida de las y los donostiarras para que podamos incidir en el debate de esta cuestión e impulsar conjuntamente su entrada en vigor.
Las plataformas de pisos turísticos en Internet (la más conocida Airbnb) han transformado el sector turístico en la última década. Donostia no ha sido una excepción. El continuo aumento de la oferta turística ha multiplicado la preocupación y la inquietud de los diversos agentes sociales, económicos y culturales y ha hecho aflorar los perjuicios del exceso de oferta turística. La pandemia afectó a todas las actividades económicas y la actividad turística se situó entre los sectores más afectados. Tras unos meses, la actividad parece recuperarse y aunque todavía es pronto, ya podemos empezar a intuir cuál será el rumbo.
El colectivo de investigadores Haritik Hirira ha elaborado el informe Efecto Airbnb tras la pandemia. El caso de Donostia a examen con el objetivo de obtener una fotografía lo más fiel posible de la situación, sacar a relucir las principales tendencias vigentes y extraer conclusiones de las mismas.
Incremento sin precedentes de la oferta de viviendas de alquiler turístico en Donostia el año 2022. Aunque no se ha alcanzado la oferta máxima de 2017, podría llegar pronto si se mantiene la misma tendencia. El crecimiento se ha desarrollado en muy poco tiempo, como si la crisis económica no afectara al sector de la vivienda turística.
Por otro lado, más allá del crecimiento de la oferta, las características del mercado van cambiando con la reactivación post-pandemia. Crece el peso de empresas y usuarios profesionales.
Los precios medios por estancia en Donostia se sitúan por encima de ciudades como París, Nueva York o Barcelona. En una ciudad que vive una emergencia habitacional, la reactivación y el crecimiento de las viviendas turísticas al mismo tiempo que el precio de la vivienda alcanza máximos históricos puede provocar un desplazamiento masivo de habitantes.
La oferta Airbnb no se extiende de la misma manera por toda la ciudad. En los barrios del centro ha aumentado la presión turística. Aunque la Ordenanza Municipal de Vivienda Turística del año 2018 hizo menguar la oferta, en el año 2022 se constata que las normas contenidas en el Plan General no han afectado a la limitación de la oferta de los barrios más saturados, siendo la zona con mayor crecimiento la zona A o saturada.
Informe con todos los detalles y datos del estudio:
A partir de este trabajo de investigación, la plataforma Bizilagunekin ha hecho pública su lectura de la situación y algunas propuestas para mejorarla:
Cerca de cumplir cinco años, la plataforma, que insiste en que está «alejada de partidismos», habla de la situación de la ciudad, de los discursos casi en campaña, de la llegada del Hilton… y de lo poco querida que puede resultar en algunos ámbitos
Imagen de archivo. Protesta de Bizilagunekin. Foto: DonostiTik
Estamos a unos meses de las elecciones. ¿Cómo valora la plataforma la situación de los grupos municipales políticos respecto al turismo?
No somos una plataforma partidista. Reunimos a gente de diferentes sensibilidades políticas y no pedimos el voto para ninguna opción concreta. Entendemos este proceso electoral como una oportunidad más para poner en el centro el debate sobre la turistificación de la ciudad y que se puedan escuchar diferentes propuestas. Además creemos que la configuración política del Ayuntamiento es importante pero no definitiva en este tema. El poder de los lobbies (inmobiliario, hotelero, hostelero…), del capital local y extranjero, además de los medios de comunicación que influyen mucho en el debate, no se elige en las elecciones municipales.
¿Y la posición del Gobierno municipal en este último tramo de legislatura?
Este verano los partidos del gobierno municipal han empezado un movimiento comunicativo para matizar, suavizar y maquillar la posición que han mantenido durante los últimos 7 años y medio a favor de la acelerada turistificación de Donostia. Han vuelto a sacar el debate de la tasa turística, han encargado una campaña comunicativa para vender las bondades de turismo, han anunciado un proceso de dos años para analizar cómo limitar la apertura de nuevos hoteles después de conceder decenas de licencias durante estos años y esperamos algún gesto relacionado con los pisos turísticos. Se han dado cuenta de que la mayoría de donostiarras percibe los daños creados por sus políticas y hasta mayo veremos mensajes y medidas cosméticas.
En este punto, ¿creen que el debate turístico se detiene en la tasa turística porque es poco molesto?
Exactamente. Parece que se toman medidas ante los daños de la turistificación pero en realidad no aborda el verdadero problema. Que las instituciones públicas cuenten con presupuestos suficientes para cubrir las necesidades sociales siempre es deseable, pero no hay ninguna garantía de que lo recaudado a través de la tasa turística vaya a ser utilizado para paliar los daños económicos, sociales y ambientales de la turistificación. Hoy en día gran parte de los presupuestos públicos se destina a favorecer a especuladores, a la turistificación y a proyectos desmedidos. Mientras eso sea así, lo recaudado por la tasa turística será insignificante. Además, en una ciudad donde el precio medio de una noche de hotel es de más de 120 euros y un piso turístico cuesta de media más de 160 euros, la tasa de 1, 2 o 3 euros no hará que nadie deje de venir.
En marzo cumplirán cinco años. Es poco tiempo, pero pese a eso, ¿me puede contar cuál ha sido la evolución en este periodo desde su punto de vista?
La plataforma se creó porque 2017 el debate floreció y nos pareció que los medios lo colocaban en unas coordenadas perversas: turistas contra turismófobos. Desde entonces hemos trabajado con decenas de asociaciones, grupos y movimientos de la ciudad y hemos conseguido evitar la simplificación del problema para hablar de la crisis habitacional, del modelo económico, de la degradación de entornos naturales, del daño a la vida comunitaria de los barrios, de la mercantilización del espacio urbano… Luchamos por un modelo de ciudad que tenga la vida de la vecindad en el centro.
Una de las noticias del año ha sido la llegada del Hilton al Bellas Artes por el significado del edificio y los años que ha habido de dimes y diretes. ¿Cómo valoran este hecho en concreto?
Es un caso muy simbólico por sus características. Y además será un hotel de lujo, lo que provoca el aumento de precios de consumo y la elitización de la ciudad. El caso muestra el poder de los agentes especuladores para modificar normativas y superar obstáculos administrativos que se cruzan en el camino de sus negocios. El gobierno municipal ha abierto el camino.
No hay acuerdo entre la oposición y los partidos en el gobierno respecto al número de pisos turísticos. ¿No pone esto de manifiesto hasta qué punto es imposible establecer una política en esta materia que contente a todos?
Creemos que este tema debe abordarse desde las respuestas al problema de la vivienda en la ciudad y no desde la perspectiva de la industria turística. Hay estudios que demuestran la correlación entre la proliferación de pisos turísticos y el encarecimiento del alquiler en las ciudades. Un grupo de investigadores de la UPV ha demostrado esa correlación en el caso de Donostia. Mientras el derecho a la vivienda de miles de donostiarras no se respete, no se puede proteger los negocios que otros pocos quieren hacer especulando o convirtiendo sus viviendas en alojamientos para turistas.
¿Qué sugieren ustedes?
Creemos que es urgente cerrar la puerta a nuevas viviendas turísticas declarando toda la ciudad como saturada y haciendo las pertinentes modificaciones en el Plan General de Ordenación Urbana. Y habría que poner en marcha un proceso de reducción de oferta de pisos turísticos hasta llegar a hacerlos desaparecer. Quien diga que está preocupado por la vivienda no puede defender el negocio de los pisos turísticos.
Pero antes hay que mirar los modelos negativos de determinadas ciudades que han apostado ciegamente por el turismo y han evolucionado hacia realidades distópicas. Muchas veces se destaca que la situación en Donostia no es la de Venecia, Barcelona o Palma. Pero los procesos de turistificación provocan daños irreparables en pocos años y estamos poniendo las bases para que se reproduzcan los problemas de esas ciudades en la nuestra.
¿Entienden ustedes que, tanto en hostelería, como en otro tipo de servicios dependientes del turismo, también en el comercio de la Parte Vieja, sean ustedes vistos con poco cariño?, ¿entienden que hay un miedo a perder esos empleos y la sensación de que no hay marcha atrás posible?
El movimiento social crítico con la turistificación no es el que ha provocado el cierre de decenas de locales de hostelería y comercio en la ciudad; tampoco se lucra con la precariedad de los trabajadores del sector. Creemos que la ciudad debe emprender un proceso de decrecimiento turístico ordenado que prevea una reconversión hacia un modelo económico más equilibrado y menos dependiente del turismo.
Cuando se dice que se opina esto o aquello desde la hostelería o desde el comercio se equiparan los intereses de propietarios de varios negocios con los del ayudante de cocina de un bar de pintxos. No nos equivoquemos. Es normal que quien se enriquece con la especulación y la explotación no sienta cariño por nuestro movimiento porque defendemos intereses opuestos.
Hace poco desde el Gobierno municipal diferenciaban entre el visitante que viene a pasar el día y el que se aloja. ¿Qué les parece a ustedes esta diferenciación?
Nos parece sacado del manual de comunicación del lobby hotelero. Quieren limitar el impacto de los visitantes y los turistas a los temas ligados a su presencia en la calle. Quieren dar a entender que lo único preocupante es que las calles estén llenas etc. Así tratan de evitar hablar de lo fundamental: el modelo de ciudad. El problema de la vivienda, la estructura económica, la expulsión de los donostiarras, la perdida de lazos comunitarios en los barrios…
Hace unas semanas un periódico local hacía un balance de situación sobre la presencia de multinacionales en la hostelería donostiarra. Más en la Parte Vieja. ¿Cómo valoran esta situación?
Se ha acumulado la propiedad de locales hosteleros al mostrarse como una inversión rentable. Y la competencia de estos locales, al mismo tiempo, ha hecho la vida imposible a establecimientos de pequeños propietarios que han sido los que no han podido soportar el golpe de la pandemia.
La Parte Vieja ha sufrido la actividad económica extractiva que es el turismo. Han llegado inversiones que han sacado beneficio económico de la personalidad, la cultura y la manera de vivir de un barrio. Está en peligro de convertirse en decorado vacío sin vida comunitaria como ha pasado en zonas de otras ciudades turistificadas. Por ahora la salva el tejido asociativo vecinal que resiste y se defiende, pero necesita un cambio radical antes de que sea tarde.